8/9/09

Don Pipón: Los putos fascículos

Qué pasa niños, ya estáis empezando la escuela en nada. Estoy aquí de nuevo, que actualizo menos el blog que el Windows 95 que tiene instalado Sexpinete en el ordenador del colegio.

Ya estamos en septiembre. Huele a otoño (no rimes que te veo). Las nubes se levantan, los pájarillos cantan, que sí, que no, que llueva un chaparrón... Me cago en tos vosotros, el verano ha muerto. Finito, hermano. Ahora toca la dura realidad. Los que tienen trabajo volverán a currar mientras no les llega el despido. Los estudiantes a las escuelas, a rascarse las bolas desde temprano. Y los parados irán a la oficina más cercana del INEM, que en la tele no echan nada.

Aunque esté la puta crisis rondándonos por la cabeza hay algo que no falla en un mes de septiembre. Los putos fascículos de los cojones de su puta madre. Ya más de uno se estará preguntando qué es un fascículo. Antes que nada, no tiene nada que ver con el culo ni con los fascistas. Un fascículo es una entrega. Sí, qué pasa, es así de corto.

Para que lo entendáis mejor. Unos directivos con trajes y corbata piensan en las vacaciones "a ver qué cosa comprarían los gilipollas de los futuros clientes a partir de septiembre y por entregas, saliéndole mucho más caro que consiguiéndolo de golpe y que por supuesto no les sirva para nada". Algún encorbatado dirá "pues una maqueta del Titanic, que no lo podrán montar en su vida ni en un puto astillero de verdad". ¿Por qué? Porque seguramente cancelen la colección cuando vaya por la mitad. Entonces te comerás el puto barco o lo que tengas de él hasta entonces. Pero ellos ya se habrán hecho ricos con tu desgracia anónima.

¿Por qué caemos en la trampa de los fascículos? Tranquilos, que no nos echan droga en el envoltorio de la primera entrega (ya quisiera alguno), que casi siempre vale muy poco dinero para que os enganchéis. Si véis la similitud, así se empieza en el mundo de las adicciones. A precios casi gratis. Ahí está el truco.

Por eso debéis andar con los ojos bien abiertos y no dejar que nadie os coma el coco con precios de un euro la primera entrega, porque acabaréis atrapados y seguiréis yendo al quiosco o a la papelería a por más y más, y todo será más caro cada vez, hasta que tengáis que vender vuestro puto ordenador para seguir comprando los fascículos de los libros de Star Wars, aunque no os haya gustado de nunca Star Wars.

Di no a los fascículos. Para qué coño quieres el Titanic si no tienes ni espacio para meter los calzoncillos. Yo si quisiera desperdiciar mi dinero para eso me iría al bingo. Que al menos no tendrías que esperar una puta semana o quince días para la siguiente entrega.

Cuidaos de la gripe A.

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